La segunda parte del título apuntado en el topic pertenece al libro Ritual Gnóstico de Invocaciones Arcangélicas, de Tau Sendivogius, en su momento Obispo de la IRAG.
Ante la inminente inauguración, en la Capilla de los Caballeros Verdes y las Damas de Esmeralda, de la Misa Alquímica de los Tres Cálices, queremos dejar este breve apunte respecto a lo que puede entenderse por Misa en sentido gnóstico y teúrgico, según la tradición de las iglesias cristosofiánicas, que es un gnosticismo particular según ese avatar solilunar llamado Xristos Aggelos, Yeshu Ziwa o Cristo Resucitado, que inicia su pedagogía angélica recién tras su muerte y resurrección, tal como es indicado en la Pistis Sophia del obispo gnóstico Valentino, en el siglo III.
“Tomás había llegado a saber cómo reconstruirse después de acaecida la
muerte física. Todos los cristianos primitivos lo sabían. Se logaba por medio
de la anamnesis, la pérdida de la amnesia que …
Bien, según estaba planeado el sistema, cuando Tomás se sintiera
agonizar dejaría una huella en el signo cristiano del pez, comería un alimento
color rosa –el mismo color rosa de la luz que Fat había visto– y bebería de un
recipiente sagrado mantenido en un lugar fresco, y luego moriría; y al renacer,
crecería y se convertiría en otra persona, no en él mismo, hasta que se le mostrara el signo del pez.
“Había previsto que esto sucedería unos cuarenta años después de su
muerte. Se había equivocado. Tuvieron que transcurrir casi dos mil años.”
(…)
“La promesa de vida eterna que Cristo hizo a su pequeño rebaño no era
ninguna mentira. Cristo le había enseñado a lograrla.”
(…)
“Cristo es una forma de vida extraterrestre que llegó a este planeta
hace millares de años, y que como información viva pasó a los cerebros de los
seres humanos que ya vivían aquí, la población nativa de este planeta.
“Antes de ser Cristo fue Elías. Los judíos lo saben todo sobre Elías y
su inmortalidad; y su capacidad de extender la inmortalidad entre otros
“mediante la división de su espíritu”. El pueblo de Qumran conocía todo esto.
Intentaban recibir parte del espíritu de Elías.”
(...)
“Contra el Imperio se levanta la información viva, el plásmata o médico
que conocemos con el nombre de Espíritu Santo, Cristo desencarnado. Estos son
los dos principios: el oscuro (el Imperio) y el luminoso (el plásmata). Cada
cual contiene un componente de esos dos principios. Zoroastro lo sabía porque
la Mente Sabia le transmitió la información. Él fue el primer Salvador. Cuatro
han existido en total. Un quinto que está por nacer diferirá de los
otros.”
Philip K. Dick, VALIS.
***
1. Breve
historia gnóstica de la misa.
En
los primeros tiempos del cristianismo, la Eucaristía era celebraba en las casas
de los practicantes. Se reunían los discípulos de Cristo que habían recibido la
memoria de aquello que había dicho y
hecho, y que deseaban testimoniar la existencia de un Cuerpo de Gloria,
interior y luminoso, por construir desde aquí abajo, capaz de sobrepasar la
muerte del cuerpo físico, a fin de experimentar la supervivencia y
transmigración del alma: descender a los infiernos y volver a la Tierra, para
reconquistar el Pleroma celeste. Esta memoria se inscribe dentro de una
enseñanza y por obra de una vivificación de ciertos símbolos. La repetición del
símbolo eucarístico se pasa, al inicio, dentro del contexto de los ágapes
tradicionales. Luego, se empieza a distinguir el culto independientemente de la
comida habitual, para asumir el carácter propiamente espiritual de la comida
eucarística. Es en el curso del siglo II que las narraciones (re-citaciones)
evangélicas y las diversas cartas de los Apóstoles comienzan a ser leídas
durante los ágapes, comentados y discutidos en tales reuniones, de la misma
manera que los textos del Antiguo Testamento, los textos apócrifos, o los
textos específicamente gnósticos, según las comunidades.
(…)
Muchas
modalidades gnósticas se desarrollan: ellas prolongan el culto de Mitra, que
propicia también una suerte de Eucaristía.
(…)
Quien
preside la celebración es quien dice la gran oración eucarística: ésta es de su
creación, de su libre inspiración, siguiendo la tradición judía de la oración
en la sinagoga, una tradición igualmente usual en los grupos gnósticos. El
acontecimiento central de esta oración hace
memoria de la Vida, la Transfiguración, el Cuerpo de Gloria, y el Pasaje
del Xristos más allá de la muerte, eso que los cristianos llaman Resurrección.Entre
los siglos VI y XII, el cristianismo gnóstico, o más ajustadamente, el
gnosticismo cristiano, se oculta y se difunde de manera apócrifa: disimula sus
ideas y sus prácticas dentro de la codificación alquímica por ejemplo. La
alquimia, que jamás fue el antepasado de la química, sino una enseñanza
metafísica en los medios instruidos de la química árabe, va a vehiculizar el
pensamiento gnóstico, y la práctica de la transmutación propia de los
gnósticos: la transubstanciación de los cristianos.
(…)
Es
así que el simbolismo alquímico va a acompañar al cristianismo, apareciendo en los
muros de las iglesias romanas y se expande, más tarde, en el corazón de las
catedrales góticas. Así también la Alquimia, y por lo tanto la doctrina
gnóstica, se va a disimular en las miniaturas iluminadas, se desplegará en las
operaciones mágicas propuestas por los grimorios, en los tratados de medicina,
de arquitectura, de teología, si bien de manera velada y codificada.
(…)
A
veces los gnósticos participan del oficio católico, si bien entienden la misa
de una manera por completo distinta. O luego, ciertos grupos, continuarán
diciendo la misa de su Tradición, en secreto…
(...)
Para
que los fieles se unan en el Misterio, hace falta que cada uno sea capaz de
descender a lo más profundo de sí mismo y sea capaz de descubrir ahí toda la
amplitud de este Misterio. El canto debe ser un canto que proviene del
interior, no debe ser jamás una simple ornamentación … Los fieles no deben
responder amen a excepción de que el amen viva en ellos. Que la magia de la
transmutación interior se opere. Que la magia de la transubstanciación
transforme el ser enceguecido en un ser despierto, listo para atravesar la
muerte. Y puede que esto no sea inmediatamente accesible, y que esto suponga un
largo trabajo de investigación, de oración, de meditación, que sea necesaria
una iniciación voluntaria y difícil.
(…)
El
gran cisma adviene en el año 1870 con la promulgación papal de la infalibilidad pontifical. Esta
promulgación precipita el gran despertar gnóstico, que va a recorrer a todos
los grupos iniciáticos y animar a las Iglesias gnósticas en dirección de una
cierta visibilidad. La revista La Gnose
aparece en 1908.
(…)
En
consecuencia, se trata de volver a participar del Misterio central de la misa:
el Misterio eucarístico, en su forma más pura, es decir desembarazada de
dogmas.
La
Eucaristía es ante todo la celebración del Misterio pascual, de la capacidad
humana de traspasar la muerte para atender a otra edad de la Vida: la luz, el gran Soplo, la gran Energía. La
Eucaristía es primero una celebración de la belleza, de la grandeza y del
esplendor, de la inmensidad de la Vida. Y esta celebración se debe vivir en una
correspondencia profunda, en una puesta en vibración de todo el ser.
(...)
El
Misterio pascual muestra que es efectivamente un pasaje que se efectúa en la
Eucaristía, donde el Espíritu Santo actúa directamente
a través de su Soplo. Es por ello que se invoca a este Espíritu a la vez sobre
las ofrendas y sobre el pueblo reunido (estas son las epíclesis) en el transcurso de la oración eucarística. Considerando
el Misterio pascual, uno pasa del Jueves Santo al Viernes Santo, y por lo tanto
de la Cruz a la Resurrección, que ilumina y orienta hacia el retorno del Christos.
El sacrificio eucarístico es la fuente y la cima de toda la vida cristiana, ya
que toda la fuerza del Fuego Celeste es infundida en la materia, en la Vida y por lo tanto en el ser. La
Eucaristía es el maná cotidiano de los Sabios, el viático de todos aquellos que
aspiran a alcanzar la realización divina, la santidad de los hijos iniciados de
Dios. La Eucaristía es el alimento del alma, y los gnósticos saben que la
absorción regular de la Sangre del
Christos acaba por acrecentar el nivel de la conciencia espiritual. La
Eucaristía permite a cada participante
construir el Cuerpo de Gloria en las condiciones más justas y más favorables.
Jamás el participante podrá disociar
la Eucaristía de su Vida, de la Vida real.
El altar rosacruz
tradicional cuenta, en la vertical de las reliquias, con un athanor. Desde
siempre, los Maestros Rosa+Cruz sabían del verdadero poder de las operaciones
eucarísticas, y cómo, durante la misa, el Fuego Celeste puede ser imantado en
la materia, y que por lo tanto es capaz de transformar, por su sola fuerza, los
elíxires, y de transmutar las sustancias densas en completamente aéreas. Los
Maestros Rosa+Cruz, sacerdotes, y en consecuencia maestros alquimistas de la
Vía Sacerdotal, saben que el participante
debe comulgar cotidianamente con el Spiritus
Mundi, el gran Soplo, el Archaeus, es decir, que él se nutre de la energía
divina. Es una forma de instrucción de la Gnosis, o de Conocimiento, que es transmitida por la presencia del Christos, bajo la forma del participante que es investido, bajo la
forma del Verbo proclamado, y bajo la forma del pan y del vino consagrados. El Christos, en efecto, se hace particularmente
presente, bajo la apariencia de este pan y este vino. Decimos que este es el gran sacramento, ya que podemos concebir
no sólo la Presencia bajo una forma intelectualizada, sino de sentirla, y
asimismo verla. Es una transformación
mágica que se opera cuando cada participante
del gran Misterio, capta de golpe, al
mismo tiempo, que toda la Vida es transfigurada.
(...)
La
absorción material de la hostia humedecida en el vino, transubstanciados,
permiten al genuino participante del
Misterio de la Presencia, asimilar realmente
las fuerzas divinas, las fuerzas de la conciencia
cósmica. Si el participante día tras
día, a través de un trabajo solitario de descenso interior, de distanciamiento
del plano de la materia tangible, y de todos los fenómenos de poder y egocentramiento,
se deja llevar enteramente por las fuerzas eucarísticas, él sigue
inevitablemente una auténtica transmutación haciendo posible la emergencia del Despertar. Este Despertar, es la conciencia crística activa, que hará
nacer, dilatar y florecer en el corazón del hombre, el alma espiritual, vestida de su Cuerpo de Gloria radiante. Y este
Cuerpo de Gloria que va a permitir traspasar la muerte física, permitirá al
alma espiritualizada cruzar el pasaje,
sobrevivir, sobre otro plano, y poder reintegrarse al Pleroma.
Por la
Eucaristía el participante absorbe
una carga energética considerable, él ingiere una potencia vibratoria, un
verdadero elixir de vida. Es un fragmento de la piedra filosofal de los viejos
alquimistas, de esta piedra formidable capaz de transmutar el ser entero,
progresivamente, o a veces instantáneamente, y transfigurarlo más allá de la
Luz … Y es este participante, monje
paciente, explorador de todos los Misterios de la profundidad crística, quien
podrá, en un extraordinario viaje de amor, entar en una confiada relación con
las luces arcangélicas …
Tau Sendivogius.
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